Autobiografía
Como una imagen vale más que mil palabras, primero un vídeo de una entrevista que me hizo Carolina Pérez, que leer lo de abajo es un tostón inmasticable.
Llevo dando patadas por este mundo desde el 21 de junio de 1969. Cuando cumplí un mes, los americanos lo celebraron enviando a unos aventureros la Luna para que me trajesen unas muestras de roca lunar, pues ya sabían ellos que yo más tarde coleccionaría minerales, aunque como las cosas de palacio van despacio, aún no las he recibido. Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero cuando los Reyes Magos de Oriente fueron a adorar a Bryan, llegaron con los regalos por delante.
Dejé Getafe a los cuatro años y me fui a vivir a Leganés para descubrir el mundo de la literatura de manos de Federico Martín Nebras, en el colegio Trabenco. Allí aguardé hasta mis épocas de instituto con la esperanza puesta en las muestras lunares, pero la decepción me guió por el camino del abandono de las piedras (descubrí que las muy buenas eran muy caras, que las asequibles ya las tenía repetidas y que las selenitas no terminaban de llegar).
De modo que había que buscar nuevas aficiones. Desestimado el fútbol, no por inútil, sino por contraproducente (goles en propia portería…) busqué entre otros deportes menos “comunes”. Me inicié en el tiro con arco, el esquí, buceo, descenso de barrancos, navegación y otros experimentos más salvajes. Todo con el afán de descubrir si mi negación en el fútbol era una señal divina para encaminarme hacia mi verdadera vocación. Y tanta experiencia arrojó sus resultados con tres conclusiones: No hay deporte en el que destaque. Todos los deportes cansan. No existen las señales divinas (por falta de divinidades).
Y como el Mus necesita de contrincantes, no siempre disponibles, necesitaba cubrir ciertos momentos desperdiciados con algo nuevo. Me duele que el tiempo se vaya sin mi consentimiento, y aunque tengo firmados más de cien años, sé que es poco para cumplir tanto objetivo como tengo en mente. Y en mente tenía muchas historias que desarrollaba en esos momentos en los que el tiempo no se va sin mi consentimiento, sino que me espera para que viajemos juntos en un terreno en el que las fantasías, las divagaciones, meditaciones y planes inalcanzables crecen con vida propia, bajo mi ligera supervisión. De pronto, me sentí egoísta por ser el único conocedor de esos mundos y deseé compartirlos con el resto de los habitantes del planeta (en la Luna no hay gente, al menos de momento).
LITERATURA
Ese es el comienzo de “La esfera negra”, mi primera novela. La historia había ido evolucionando en mi cabeza a lo largo de años, aunque luego sufrió significativos cambios durante su tecleo en un ordenador portátil. Cambios como los de mi vida privada, pues al escribir el título, ya estaba viviendo en Parla, casado con Santa Nuria y con dos querubines por hijos, Aida y Darío.
Y el 27 de abril del 2005, coincidiendo con el vuelo inaugural del Airbus A380, en el que trabajé, escribí la última página de la novela.
El problema es cuando ilusión se mezcla con ignorancia. Cometí la estupidez de enviarlo a las editoriales de mayor prestigio. Cuando en realidad no se trataba más que de un primer borrador (y lleno de faltas de ortografía y de tecleo rápido). El rechazo estaba más que justificado. A partir de ahí comienza el pulido de los textos con la inestimable ayuda de quienes leyeron (sufrieron) aquella primera versión y me dieron su opinión. Yo mismo, transcurrido un tiempo de reposo de la novela, la leí con otros ojos más críticos y decidí reescribirla por completo.
Entre tanto, comencé “Vera Lux”. Y entre tanto, “Cronos” Y entre tanto, diversos relatos. El primero que presenté a un concurso, “Azul marino (en blanco y negro)”, resultó ganador del II Certamen de Relatos de la Cadena Ser Madrid Sur (2/12/2006). Era la inyección de motivación que necesitaba para seguir escribiendo. Luego vinieron otros reconocimientos, como el primer premio (ex aequo) en el VI concurso de cuentos “Valentina Ventura” de Tauste, Zaragoza para “El río y la montaña” (1/3/2007); “La carta de plata”, finalista en el IV Concurso de Relato Breve del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba (17/5/2007) o ”Mi ingrata vida tras la pista de la T.I.A.”, evocando al propio título del tercer certamen literario de Cadena Ser Madrid Sur (1/12/2007) como finalista. “La elección”, también finalista en el IV certamen de la misma cadena (28/11/2008). Y para no variar, otra vez finalista en el 2011 con “Así para siempre”.
Este currículum, algo mejorado, junto con una “La esfera negra” mucho más madura que la original, sirven para tomar ánimos de nuevo y presentarla de nuevo a una editorial que conocí por casualidad en Internet mientras buscaba otra cosa. ¡Y gustó! Ediciones Absalon se ofreció a llevarla a las librerías.
Después volví a quedar finalista en el IV certamen de la misma cadena (28/11/2008) y finalista en el primer certamen de la Editorial Ferguston con el relato “Un día de perros”, siendo publicado éste en el libro “Las vacaciones del detective”, publicado en 2009.
Entre tanto, Se genera en Parla un movimiento cultural llamado El Globo Sonda, del que soy cofundador, partiendo la idea original de Carlos Candel y Carlos Lapeña. Durante años se mantiene la página web con artistas locales, principalmente de creación literaria, pero también de ilustración, fotografía, canción y otras artes. En ese periodo se hace alguna publicación, como «El autobús», novela participativa, o un fancine, resumen antológico de la revista. En ambas dejo algo de mis aportaciones. El Globo Sonda fue uno de los promotores de la, hasta entonces inexistente, Feria del Libro de Parla.
El periódico THELunes, desde su número uno, en verano del 2010, publica por episodios la novela “Cronos”. Y en ese mismo periódico, se lanza la propuesta de un relato sin fin, en el que mi participación resultó ganadora en septiembre del mismo año por votación popular.
Daniel Cano, el director de ese periódico, me llama en 2013 para dar clases de creación literaria en Valdemoro. Curso que me supone un gran crecimiento personal al ser el primero que imparto de esta materia (ya hubo otros en el pasado de otras temáticas).
El resto de la historia aún hay que vivirla. Ya iré contando.
Para leer algunos de estos relatos o comienzos de las novelas, te invito a visitar mi pequeño rincón en manueltrigo.com
También puedes leer algunos de mis relatos en los siguientes enlaces:
Azul marino (en blanco y negro) Primer premio en el II Certamen Literairo de la Cadena Ser Madrid Sur. 2006. Publicado.
El río y la montaña Primer premio (ex aequo) en el VI concurso de cuentos «Valentina Ventura» de Tauste, Zaragoza.
La carta de plata Finalista en el IV Concurso de Relato Breve del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba. Publicado
Mi ingrata vida tras la pista de la TIA Finalista en el III Certamen Literario de la Cadena SER Madrid Sur. 2007
Un día de perros finalista en el primer certamen de la Editorial Ferguston. Publicado en el libro “Las vacaciones del detective”.
La elección Finalista en el IV Certamen Literario de la Cadena SER Madrid Sur. 2008
Nosotros, los asesinos
El laboratorio
El último regalo que os hago
El oráculo
Adán
Kesstress
Doctor Jaus
La noche de los libros
La noticia del siglo
Perdón, amigos de Tus Relatos
Cuempliendo profecías
La despedida
Estoy quemao
El salto
La resaca
Abracadabra
A la memoria de un alumno
Mi bella durmiente
CINE
Allá por hace tiempo, me salió al paso un curso de guion (sí, ahora guion se escribe sin tilde. aberrante, pero cierto). Pensé que podía complementar mi pasión por escribir novela, pues algunos de mis lectores (en potencia, que no lectores reales) me dijeron que si no me importaba, se esperaban a la película y cursé en CPA Salduie con excelentes notas. Pocos años después (2014) veo anunciar un curso en la Escuela Municipal de Cine de Parla, y pensando que era lo mismo y podía refrescar mis conocimientos, fui a apuntarme, pero el curso anunciado era de interpretación ante la cámara, de modo que pensé que era bueno conocer al actor antes de pedirle nada en un guion, y actor me hice; además de apuntarme a otro de guion y dirección. Ambos cursos me parecieron maravillosos y repetí al año siguiente. Como actor, salgo en los ejercicios de escuela. «El encuentro» (2015) fue la primero oportunidad para ver mi cara en la pantalla grande. Y otro corto más en 2016. Entre tanto, y paralelo a la Escuela, un compañero del curso de guion y dirección, Manuel Jaramillo, sabiendo que dos de nosotros (Vanesa Alcázar y yo) estábamos también en el curso de interpretación, tiró de nosotros para protagonizar un par de guiones suyos, «La cita» y «Cupón gratis». Silvia Ortega, otra compañera, también tiró de los actores, cámaras y otros técnicos de la Escuela para hacer «Los condenados». Participé en varios proyectos con los alumnos de ambos cursos y de los dos años en todas las formas posibles, como actor, como ayudante de director, como director, guionista, cámara, técnico de iluminación… y normalmente, de varias cosas a la vez.
Luego paso a las clases de interpretación ante la cámara de Carlos Cabero (Carlos Aleman Cabero), donde grabo gran cantidad de escenas, cortometrajes de corta y larga duración (lo que antes se llamaban mediometrajes), destacando los siguientes:
Chistes de amor
Cuando florezca el cerezo
Nunca fuimos ángeles
Por mi cuenta escribo, dirijo y protagonizo el corto Fondo de 17 minutos
Compaginando con Carlos Cabero, entro en otra escuela, Self Service, donde grabo otras escenas, alguna escrita por mí.
En resumen, aquí un par de videobooks míos:
Videobook de Manuel Trigo 2017
Videobook de Manuel Trigo 2019
Y mi Instagram como actor es: @manueltrigo_cine
TELEVISIÓN
Para poder conocer el mundo del cine, cómo se trabaja en un rodaje, lo mejor es verlo en directo, de modo que empecé a acceder a ese mundillo a través de la figuración. Sin texto y para cine, grabé para «La corona partida», una plaza llena de gente vestida de época, pasada por maquillaje, peluquería y con sueldo y al final sólo salieron unos pocos en la toma que se mostró. Todos los demás nos quedamos en la mesa de montaje. Pero me sirvió para aprender cómo es un set de rodaje y la barbaridad de gente que trabaja en una producción así. Seguidamente, me llaman para figuraciones especiales, de esas que pagan más porque se habla algo, por poco que sea, o requieren de interpretación (acting), y salgo en «La que se avecina» y «Acacias 38».
Sin tener nada que ver con la interpretación, ya había salido más veces en TV. Concursante (ganador) en «Ahora caigo», «Taxi, taxi» y «La caja fuerte». Además de alguna entrevista como escritor al ganar algún concurso de relato, y de niño, como alumno de Federico Martín Nebras, uno de los cuatro especialistas en literatura infantil y juvenil del panorama nacional de la época, y con sus contactos pertinentes, nos sacó a varios alumnos para hacer de críticos literarios en distintos programas de televisión.
TEATRO
Con las dificultades económicas del Ayuntamiento de Parla, el curso 2015-2016 estaba en la cuerda floja, por lo que para no desconectar del todo con la interpretación, un par de compañeros nos apuntamos a la Escuela de Teatro. Otro mundo, pero relacionado.
las obras representadas van siendo estas:
Cocktail de cine: Carl Jung
Sueño de una noche de verano: Demetrio
Delicadas: varios personajes
Hamlet: Hamlet
FOTOGRAFÍA
De niño ya tuve una primera cámara, una Kodak Instamatic con flashes no reutilizables. Bah, no mucho después me compré mi primera réflex y comencé a jugar de verdad con la luz experimentando con múltiples exposiciones en el mismo fotograma y otras maravillas, antes verdaderas ceraciones artísticas y hoy tan alcance de cualquiera con los programas de retoque fotográfico que le quitan todo el mérito a aquellas creaciones. Además, ya con mi siguiente réflex descubrí dos cosas: que mis amigos solo se paraban a ver las fotos en las que aparecía gente para reconocerles y ver con qué cara habían salido, y pasaban rápido las fotos artísticas, las que me habían llevado un cuarto de hora realizar. Y la otra, que para el poco caso que me hacían a las buenas fotos, era más fácil disparar a la gente en modo automático y punto. Tal degeneración significó entrar en el terreno digital con una compacta, para seguir tirando en modo oligofrénico.
Peeeero, con esto del cine, quise grabar mis propios cortos y en un curso de verano de la Escuela CPA Salduie, en Zaragoza, aprendí que el objetivo de una réflex hacía mejores trasfocos que el de una de vídeo (de las accesibles, quiero decir) y busqué la cámara que mejor vídeo grabase (repito, en el entorno accesible). Una Canon 6D, con sensor Full Frame. Una bomba, vamos.Y luego otra igual, que dos mejor que una. Y claro, ya que tengo cámara, ¿cómo no voy a hacer fotos? Pues nada, conocimientos de fotografía ya los tenía de viejo, pero se me cruzó un curso de iluminación (2016) y en él redescubro el mundo del retrato, pero ahora bien hecho, y comienzo a trabajar con modelos en exteriores y en estudio. Y digo redescubro porque mi primer retrato lo hice con 9 años con una Kodak Instamatic 33, ya sabéis, aquella vieja cámara que hacía fotos cuadradas y que dio nombre a Instagram y por aquello eso horrible formato cuadrado suyo. Ah, mi Instagram es @manueltrigo_foto
Y aquí sigo, cantando (mal), componiendo en un teclado que mola mucho, haciendo mis dibujitos, mis bricolajes y molestando todo lo que puedo.